Asegura que la pandemia «podría agravar tanto las dificultades de accesibilidad a la vivienda como los riesgos vinculados al mercado inmobiliario» y alerta de las distorsiones que podrían generarse.
El Banco de España tiene claro que el mercado de la vivienda en España no saldrá inmune de la pandemia de coronavirus y casi tan importante como sus consecuencias directas le parecen las medidas que ha puesto en marcha el Gobierno para hacer frente a las dificultades de propietarios e inquilinos. La entidad asegura que exite «incertidumbre» sobre los efectos a medio plazo de la enfermedad, que «podría agravar tanto las dificultades de accesibilidad a la vivienda como los riesgos vinculados al mercado inmobiliario» y alerta de las distorsiones que podrían generarse en ese periodo.
«Las medidas temporales aprobadas por el Gobierno para aliviar la presión financiera de los segmentos más vulnerables, como la moratoria de las hipotecas o el aplazamiento del pago de los alquileres, contribuirán a mitigar alguno de estos efectos en el corto plazo», asegura en el informe El mercado de la vivienda en España entre 2014 y 2019 publicado este viernes. Sin embargo, añade que «existe una mayor incertidumbre sobre los efectos de más medio plazo sobre el mercado inmobiliario de esta perturbación, así como sobre el impacto de las medidas introducidas».
Respecto a dichas medidas, la institución alerta de que «conviene evitar que se generen distorsiones en el mercado del alquiler que acaben mermando su seguridad jurídica, lo que desincentivaría el necesario incremento de la oferta para absorber el aumento estructural de la demanda» que el sector residencial lleva experimentando en los últimos años en el país. .
Esta breve pero contundente advertencia es casi la única referencia que la entidad presidida por Pablo Hernández de Cos realiza sobre las consecuencias del Covid-19 sobre el mercado de la vivienda en España. Por el contrario, el documento repasa en profundidad el periodo de recuperación del sector después del estallido de la burbuja inmobiliaria que se llevó por delante buena parte de la economía en 2008.
ESTIMULAR EL SECTOR PRIVADO
En su análisis, el Banco de España destaca la escasez de oferta residencial como el elemento clave que condiciona las dificultades de acceso a la vivienda (especialmente por parte de jóvenes y grupos de rentas más bajas) y el repunte de los precios experimentados por el alquiler en los últimos años.
Para aliviar la tensión en el arrendamiento, la entidad aboga por «estimular» al sector privado y a los grandes tenedores para potenciar su colaboración a la hora de incrementar el parque de vivienda en el país.
Ese estímulo, según su perspectiva, se produciría incrementando «la seguridad jurídica de la oferta» y la dotación de garantías y beneficios fiscales por parte del sector público. «Ampliar por ley la duración de los contratos o limitar los incrementos de los precios reducen la oferta y desincentivan la entrada de nuevos agentes al mercado», asegura, en una alusión directa de las medidas puestas en marcha por el Ejecutivo de Pedro Sánchez antes de que estallase la crisis por el coronavirus.
Por el contrario, asegura que «la dotación de mayor seguridad jurídica y estabilidad por parte del marco regulatorio, complementada con la existencia de beneficios fiscales dirigidos a la oferta mayorista, estimularía una mayor presencia de estos agentes en el mercado del alquiler».
EN CONTRA DE LIMITAR EL ALQUILER
En línea con lo anterior, el Banco de España ha vuelto a reiterar su posición contraria a limitar los precios del alquiler. Una medida que se ha puesto en marcha en otros países y por la que han apostado desde el principio los miembros de Unidas Podemos presentes en el Gobierno
Según su análisis, esta fórmula podría provocar el efecto contrario al deseado. «No ataja la principal causa subyacente al problema, que es la insuficiencia de la oferta para satisfacer la demanda, y, de hecho, podrían generar una contracción adicional de la oferta en las áreas reguladas, así como un incremento en el medio plazo de los precios fuera de esas áreas», asegura.
Por el contrario, sí considera de utilidad elaborar un índice de precios que sirva como referencia estadística para abordar la situación del mercado y sus posibles soluciones. «El diagnóstico adecuado de los problemas de accesibilidad a la vivienda de los hogares y la articulación de políticas públicas requieren de datos administrativos fiables sobre la renta de los hogares y los precios del alquiler», argumenta.
PRESIÓN DEMOGRÁFICA
En el análisis del banco se cuela también la presión demográfica como uno de los factores que más directamente incide en el aumento de los precios de compra y alquiler en algunos puntos más poblados del país.
«Las regiones con mayores aumentos de la población han registrado incrementos más acentuados de los precios de venta y alquiler», asegura, en línea con lo observado en otras econmías avanzadas. «Este fenómeno afecta especialmente a las grandes áreas metropolitanas», concluye.
RIESGO BAJO PARA LAS ENTIDADES
Otro de los focos del Banco de España se centra en la situación de las entidades financieras respecto al crédito inmobiliario. Éste fue uno de los detonantes de la crisis de 2008 y de la profunda reconversión del sector a partir de aquel momento, y por eso su vigilancia ha centrado buena parte de la atención de los supervisores en la última década.
En este sentido, la entidad asegura que en este tiempo se ha venido reduciendo el peso en el balance de los bancos de los créditos a la compra de vivienda y del sector de la construcción e inmobiliario. Asimismo, el riesgo de impago estimado de las hipotecas ha permanecido estable en niveles históricamente bajos en los últimos años, por lo que los riesgos para las entidades de crédito a finales de 2019 estaban «relativamente contenidos» en este sentido.
Fuente- El Mundo